Guille Beraza: “Llegar a cuartos de Libertadores fue el momento más alto de mi carrera por todo lo vivido”
Redacción: Reinaldo Mora

Si hay que buscar referencias sobre Guillermo Fabián Beraza (Junín, 1975), debemos hablar de su habilidad para asistir a sus compañeros y de su técnica para pegarle al balón. Llegó a Venezuela en 2002 de la mano de Raúl Cavalieri en Italchacao. Sus buenas actuaciones le llevaron a ser considerado para llegar al Deportivo Táchira en la temporada 2003–2004, donde formó parte del plantel protagonista que llegó a cuartos de final de la Copa Libertadores de América. En la zafra siguiente se fue al extinto Unión Atlético Maracaibo, donde fue el goleador histórico y consiguió el único título de la institución. Se retiró en 2010 en el equipo de sus amores, Sarmiento de Junín.
Beraza, conversó con BlogDTFC vía chat desde su natal Junín, provincia de Buenos Aires, a 250 kilómetros de la capital argentina, donde habló de su carrera futbolística hasta su actualidad, en medio del confinamiento que le toca realizar junto a su esposa e hijas por el coronavirus.
Pregunta. ¿Cómo vives el confinamiento en Argentina?
Respuesta. Me encuentro en mi natal Junín. Por suerte acá en mi ciudad se ha registrado un caso positivo hasta el momento, pero hay bastante responsabilidad de parte de la gente de cumplir con este aislamiento. Lo que sí, como nos debe pasar a ustedes y a todos, nos ha cambiado la vida y las costumbres a cada uno de nosotros. Es el momento para darle prioridad a la salud, tratar de respetar las sugerencias y los mandatos de las autoridades para superar esta situación con la menor cantidad de víctimas posibles.
Hiciste tu debut en Sarmiento de Junín antes de los 20 años y luego vas a Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, pero, antes de eso probaste con Newells, ¿qué pasó?
Yo debuté acá en Sarmiento con 18 años y a partir de ahí comenzó mi periplo en el fútbol. Después de cuatro temporadas el club vende mi ficha y de ahí paso a jugar en Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, que es un equipo de la provincia de Entre Ríos, acá en Argentina. Ahí jugué lo que era en su momento la Primera B Nacional, en lo que era la zona del interior. A mitad de la temporada surge la posibilidad de ir a Newell’s Old Boys. Voy y hago la pretemporada en enero de 1999. Regreso a Junín y luego voy a Rosario para firmar contrato pero debido a una serie de problemas legales y dimisiones que tenía el club, a causa de las deudas, no puede registrar el contrato y entonces, para no quedarme sin jugar, vuelvo a Gimnasia y completo la temporada. Al año siguiente regreso a Rosario, pero para jugar en Central Córdoba durante cinco meses y ya en 2000 comienza mi etapa en el exterior jugando con el Antofagasta de Chile.
Fue una experiencia corta en Chile, dos años, y luego arribaste a Venezuela, ¿cómo fue el arcecamiento de parte de Italchacao, equipo donde jugaste un año?
En 2000, estando en Antofagasta, me habían acercado la posiblidad de ir a Venezuela, precisamente al Deportivo Italchacao. En ese momento estaba a mitad de temporada y preferí continuar y terminar mi vínculo con Antofagasta y, finalizada esa primera temporada, rápidamente llegué a un acuerdo con Unión Española para jugar en la siguiente. Completé mi contrato con Unión Española y ahí sí vuelve la posibilidad de ir al fútbol venezolano con Deportivo Italchacao, que dirigía Raúl Cavalieri. Desde un primer momento tuve suerte y me sentí muy a gusto, me recibieron de buena manera desde los compañeros, el cuerpo técnico y directivos; mi adaptación fue rápida, positiva, por suerte acompañada por un buen rendimiento del equipo. También en lo personal me fue bien. Completé ese primer año en Italchacao.

Si bien estaba muy cómodo, surgió en la temporada siguiente la posibilidad de sumarme al Deportivo Táchira. Ahí cambio de escenario, me voy a San Cristóbal, donde viví una temporada plena como a nivel personal como a nivel de equipo, disfrutando lo que era Pueblo Nuevo, de clasificar nuevamente con el club a una Copa Libertadores, tener una participación destacada a nivel de equipo en esa copa de 2004 y seguramente fue uno de los momentos más altos de mi carrera por todo lo vivido.
¿Cuál es la clave para llegar tan lejos en un torneo tan difícil como la Copa Libertadores y pelear los dos frentes (torneo nacional? Como dices, fue una temporada plena, en el Apertura 2003 perdió un torneo en el último minuto y en el Clausura 2004 en el segundo lugar.
Fue un proceso nuevo a cargo de César Farías y su cuerpo técnico, con Marcos Mathías, Alirio Granadillo, con el propio Pablo Marcovich; donde si bien teníamos jugdores referentes como el caso de Patón, Bidoglio, también se sumó gente joven, con mucha ambición y mucha hambre de lograr cosas, de querer estar a la altura de lo que era el Deportivo Táchira donde fue conformando el grupo y, sobre todo, una mentalidad ganadora, que fue haciendo que se fuera cosechando resultados; uno también es consciente de que Táchira es una institución donde seguramente el público influye mucho y sobre todo en épocas de racha buena, influye “amedrentando” a los rivales y a su vez agrandando a su equipo en el apoyo que genera. Esas fueron las bases fundamentales, el hecho de tener un equipo con humilidad, pero con mucha ambición y el deseo de ser protagonista de ganar cosas, y así se fue dando. El torneo Apertura fue una verdadera lástima porque se nos escapó en el último minuto. Si mal no recuerdo, quedamos igualados en puntos, pero por la reglamentación del fútbol venezolano se definió por diferencia de goles. En el Clausura, jugando doble torneo, pudimos estar a la altura y fuimos competitivos en los dos frentes. Creo que fue un año, en todo sentido, de esplendor, para nosotros los jugadores, como equipo, y para la institución que volvió a lo más alto, no solo del fútbol venezolano, sino alcanzando una clasificación histórica en la Copa Libertadores.
Un partido en especial que recuerdes de aquella Libertadores en lo personal y por qué.
Por trascendencia, puede ser la vuelta con River jugando en el Monumental. Hasta ese momento veníamos invictos. A la media hora de haber empezado el juego íbamos perdiendo 2–0, y sin embargo pudimos remontar el resultado y alcanzar un empate que nos mantuvo invictos en esa fase de grupos. También por la trascendencia del rival, por el marco donde se jugó, por el resultado obtenido y cómo se consiguió, creo que era un partido que va a permanecer por siempre en el recuerdo, lo mismo los dos partidos de octavos de final con Nacional de Montevideo, tanto la clara victoria en casa como la vuelta en Uruguay,que fue realmente complicada porque estuvimos dos goles abajo y fue muy duro sostener el resultado favorable de la ida; al igual que en el Monumental, terminamos empatados a dos. Fueron momentos claves, sobre todo con Nacional, que, si pasábamos a cuartos de final, constituía una actuación importante del equipo a nivel sudamericano.
Luego se da la oportunidad de ir a Unión Atlético Maracaibo, equipo con un proyecto ambicioso y con el objetivo de salir campeón, haciendo una gran inversión. Tuviste una larga etapa en Maracaibo, siendo el goleador histórico y ganando la única estrella del club con el profesor Carlos Fabian Maldonado.
Maracaibo para aquellos años se caracterizaba por amar equipos protagonistas, venía de hacerlo también en parte de la misma copa que jugamos nosotros, aunque la trascendencia de Táchira en ese momento fue superior. Mi idea primitiva era permanecer en Táchira, pero por situaciones y malos entendidos nunca llegó una propuesta formal de renovación por parte del equipo y ante eso tuve que buscar nuevos horizontes. Maracaibo se mantenía expectante y terminé yendo a allí. Tras el primer año de contrato ganamos la estrella y terminé teniendo una estadía de cuatro años en la ciudad. Después, cuando el equipo comenzó a flaquear en su estructura, muchos jugadores salimos de él. Volví a Táchira con Carlos (Maldonado) de técnico, donde tan solo estuve media temporada porque después la gerencia del club en ese momento decidió el cambio de un par de extranjeros, donde se decidió mi salida y fue mi útlimo paso por el fútbol venezolano porque terminé regresando a Argentina.

En 2009 se te presentó la oportunidad en jugar para el Deportivo Anzoátegui, ¿Lograste concretar en ese momento?
Había surgido la posibilidad de ir a Anzoátegui. Ya tenía decidido que la temporada 2008–2009 había sido la última en el fútbol venezolano porque ya tenía previsto regresar a Argentina y si bien habíamos llegado a un acuerdo inicial con la gente del Deportivo Anzoátegui, que se portaron bien conmigo, ya en ese momento estaba solo en Venezuela, mi familia estaba acá en Argentina y por pocos meses no iba a mudarse y eso fue lo que terminé conversando con el gerente en ese momento, que estando solo prefería devolverme a Argentina y adelantar mi regreso, y eso fue lo que finalmente ocurrió.
Unión Atlético Maracaibo, como lo mencionabas, presentaba flaqueos en la parte administrativa y deudas que lo llevaron a la extinción. En ese momento el equipo te debía un dinero importante. Luego de muchos años, ¿alguien de la institución, o de la parte administrativa de aquel momento, se comunicó contigo? ¿Solventaron pagos? ¿Quedaron solo en palabras? ¿Qué ocurrió al final con la deuda que tenía Unión Atlético Maracaibo con Guillermo Beraza?
Al final de la temporada 2007–2008, en el último partido ganamos 1– 0 con gol mío y clasificamos a la Copa Sudamericana. Cuando se cierra la temporada citan a 14 integrantes del aquel plantel, todos los jugadores de mayor experiencia y recorrido. Y en algunos casos, como en el mío, terminábamos contrato. Nos comunicaron que no se nos iba a renovar. Y el tema es que, llegado a ese momento, a ese punto de la situación se nos debía un par de meses de sueldo, que fue la deuda que Unión reconoció en ese momento y no afrontó. Después había otros compañeros que tenía contrato vigente, unos se fueron con el pase en su poder y otros prefirieron quedarse a ver si podían de esa manera ir cobrando parte de la deuda. En mi caso no se llegó a ningún tipo de posibilidad de ir concretando pagos parciales o compromisos futuros. Después estando en Argentina, yo inicié a través de la Federación del Fútbol Venezolano (FVF) y Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y después terminó extendiéndose a FIFA, donde hubo que hacer presentaciones nuestras y del equipo para que FIFA llegara a un veredicto.
Fue en el 2011 donde se reconocía la existencia de la deuda surgida en 2008, pero nunca se efectuó pago alguno. Años después siempre hubo algún contacto inicial para ver si yo estaba dispuesto a conversar y poder entablar una negociación. El abogado que llevaba mi caso estuvo abierto a esta posibilidad, pero la realidad es que no fue más que alguna charla de inicio. En definitiva nunca hubo propuesta o una conversación más formal para ver si podíamos llegar a algún tipo de entendimiento de la regla. O sea que desde esa temporada 2008 no he cobrado nada y, obviamente, que desde hace un par de años que considero que es un dinero totalmente perdido.
Lo lamentable, más allá de lo económico, fue la actitud de la gente que comandaba el equipo, que uno podía entender las dificultades económicas, quizá si hubiesen tenido la voluntad de poder llegar a algún tipo de acuerdo, contaban con la buena voluntad de mi parte para hacerlo.

Luego de seis años, ¿qué significó Venezuela para ti?
Un pedazo grande de mi vida, no solo deportiva, sino también personal. Durante ese lapso de tiempo disfruté de innumerables momentos y alegrías de lo que más me gustaba hacer, que era jugar al fútbol, donde conocí personas maravillosas. En lo personal, disfruté de momentos importantes de mi vida, como era formar mi familia, de ser padre, y siempre estuvo ligada a esa etapa a Venezuela. Siempre la mantengo presente, no solo la tierra sino a las personas que conocí. Estoy en contacto permanente con muchísimos de ellos, gracias a Dios. Para mí sería un gusto poder regresar a Venezuela. Sé que las condiciones hoy en día son muy distintas a las que yo disfruté cuando me tocó estar allá y lo único que deseo es que todo poco a poco vaya mejorando y que la gente pueda disfrutar su vida en el país como en los tiempos en los que yo estuve.
Regresas a Argentina para jugar en Belgrano de Córdoba y finalizas tu carrera en el equipo de tus amores, Sarmiento de Junín. ¿Qué te pasaba por la cabeza antes de retirarte? ¿Pensabas seguir involucrado en el fútbol?
Afortunadamente siempre fui preparando los pasos que di con cierta anticipación. Como te había comentado, yo tenía previsto regresar a mediados de 2009. Lo adelanté un par de meses y llegué a Belgrano y tal como lo tenía previsto, regresé a Junín y corté mi carrera futbolística fuera de mi tierra, volví más que nada por una cuestión familiar, tratar de darle cierta estabilidad a mi grupo familiar una vez que mis hijas empezaron su etapa escolar. Volviendo acá a la ciudad, tuve la inmensa fortuna de jugar en Sarmiento y terminar mi carrera acá en el club. Acá sucedió lo mismo. Me concienticé que, una vez regresado, iba a jugar un año o dos más y después iba a dejar de jugar porque me iba a instalar definitivamente en la ciudad. Las ilusiones de seguir ligado al fútbol siempre están, pero situaciones de la vida van llevando a tratar en su momento de priorizar la estabilidad en un lugar y por eso no me dediqué de lleno en involucrarme como director técnico o en alguna otra área que significara ir moviéndome de la ciudad. Hoy, con las nenas ya más grandes, el panorama es otro, pero estoy abocado a una actividad completamente ajena al fútbol — trabajando en un concesionario de autos en Junín- y ese es hoy mi medio de vida. Por el momento disfruto el fútbol como espectador, desde afuera.
Fuiste un privilegiado de enfrentar a Boca en La Bombonera y a River en el Monumental por Copa Libertadores, algo que en el ascenso argentino podía ser impensado, ¿cómo fue esa experiencia?
En mi país si bien llevaba varios años jugando en Primera División, no me había tocado jugar en la categoría superior. Me fui del país y comencé la etapa en el exterior y las vueltas del fútbol me llevaron a que en un torneo tan trascendente como la Libertadores pueda enfrentar a grandes equipos y encima las dos veces que me tocaron enfrentar a equipos argentinos, sean los máximos referentes de este país. Fue una experiencia única que atesoro conmigo, que disfruté muchísimo en su momento y, como cada uno de los partidos, la Copa Libertadores fue el torneo más representativo, el que más me gustó jugar. Orgullo de haber sido parte de la historia de Táchira y Maracaibo.
¿Y qué tal los torneos senior? Por ahí leí que estabas participando en algunos torneos.
Juego acá a nivel local. No jugamos en los de AFA porque el tema de las distancias y demás es complicado de coordinar. Me mantengo jugando con el mismo grupo con el que compartí en Sarmiento en los años de profesionalismo.
¿Crees que en la actualidad hay menos jugadores de tus características en cuanto al volante creativo, o crees que han surgido más en el fútbol argentino?
Sí, quizá se busca a un juego por momentos más vertical, de transiciones rápidas, y quizá no abunda ese jugador pensante o ese armador que haga jugar al equipo o que el equipo juegue en torno a lo que ese jugador genera. Por ahí van cambiando los tiempos, las épocas, las modas, etcétera… son distintos momentos. Hoy se ha vuelto un poco a la cultura de jugar con tres delanteros en algunos casos, por mucho tiempo se había dejado de hacer y hoy vuelve a estar presente. Esto es cambiante constantemente, aunque la idea base del fútbol es una sola.